viernes, 1 de junio de 2012

Narcolepsia [Jordi Ledesma Álvarez]


¿Es lo mismo vivir que morir despierto? Vamos de la vida al sueño y del sueño a la vida en un camino cotidiano que parece de ida y vuelta, hasta que algo pasa y ya no hay camino que andar. Hay muchas maneras de dejar de caminar, eso es lo que ha aprendido el Perla de su maestro. "Cuantas menos miradas de muerto recuerde, más tranquilo dormirá, mi hijo. Nunca mire a los ojos del hombre al que vaya a quitar la vida".

Curtido en las calles de una ciudad que ya no existe, Julio, que sufre de narcolepsia, se inicia pronto en el mundo del narcotráfico, donde no es infrecuente recurrir al asesinato y al ajuste de cuentas. Por mucho que entre sueño y sueño quiera encontrar un hueco parecido a la vida, los límites se estrechan cada vez más, y hasta la culminación de su sorprendente apuesta final andará de un sitio a otro, siempre huyendo, siempre con el miedo a quedarse dormido o a despertar con un tiro en la cabeza. 

Terminada la lectura de "Narcolepsia" quería reflexionar antes sobre el enfoque de esta reseña porque el libro tiene su miga. Y digo que tiene su miga por 3 puntos fundamentales: el hilo argumental de la historia que Jordi Ledesma nos dibuja, las descripciones de ambientes y personajes y el título.

La historia nos sitúa a Julio Perla, alias Julito el Perla, en la Barcelona pre-olímpica, antes un cambio radical en la fisonomía estructural de la ciudad por motivo de los Juegos Olímpicos de 1992 y que por dichas circunstancias conoce a un joven gitano, del clan de los Heredia, que le introduce en el mundo de trapicheo, del dinero fácil. Un mundo en el que Julio comienza a sentirse cómodo a medida que el dinero ganado con la venta al menudeo de droga va prosperando y las cantidades que va ingresando le permiten vivir un nivel de vida que nunca se hubiera podido imaginar. Estar en un escalafón superior a los chavales de su edad, poder permitirse caprichos anteriormente prohibitivos, llevar una vida de exceso sin esfuerzo aparente... es algo con lo que "El Perla" se siente muy cómodo.

Pero la línea que separa el trapicheo de cotas mayores (asesinatos, narcotráfico a gran escala, ...) es muy delgada y apenas visible y una vez que estas metido en un mundo paralelo a la legalidad, parece inexorable cruzar dicha línea, aunque Julio de muestras de no sentirse seguro ni preparado para avanzar hacia esas palabras mayores que lo atrapan. Pero es un paso que realiza obligado por la circunstancias.

La historia presenta una estructura circular: Empieza y casi termina en el mismo punto, en el mismo lugar. Pero internamente tiene una evolución lógica, con una secuencia temporal a modo de biografía de Julio Perla, desde sus inicios trapicheando hacia operaciones de narcotráfico a gran escala. Esta estructura me ha gustado aunque ha habido momentos de la primera mitad donde el ritmo del libro se me ha hecho lento, me faltaban algún incentivo, alguna acción adicional que cambiara el ritmo (ciertamente en el día a día de "El Perla" le sobran algunas páginas para mi gusto).

Los personas y ambientes que recrea Jordi Ledesma están muy logrados, muy conseguidos, hacen que mil palabras valgan más que una imagen porque consigue recrearnos a la perfección personajes de perfil tan distinto como el clan de los Heredia (clan gitano que controla el narcotráfico de Barcelona y alrededores), John Claudio (narco colombiano, interesado, desconfiado, avaricioso, sin escrúpulos, con una personalidad fuerte, definida, muy seguro) o zonas como los Grises, barrio deprimido donde el clan de los Heredia tiene establecida su base de operaciones, con una fachada exterior acorde a un barrio marginal y un lujo interior que denota los beneficios que aporta el mundo de la droga.  Desde aquí felicitar al autor porque ha conseguido que mi imaginación le ponga caras y gestos a los personajes y haya dibujado los ambientes donde se mueven los mismo en base a una definición completa de los mismos.

Por último, mención especial al título, que me invita nuevamente a la reflexión porque tiene un peso excesivo en la imagen de la novela para el aporte interior que se hace del mismo. Me explico: Creo que si Julio Perla no sufriera narcolepsia la historia no cambiaría un ápice, es un detalle menor que no aparece desarrollado hasta bien avanzada la novela y que le da una personalidad a la misma equivocada. Fruto de ello es que cuando me decidí por la lectura de este libro esperaba otro enfoque de la historia donde la narcolepsia tuviera un papel mucho más importante del que tiene en esta novela. Utilizando metafóricamente el concepto de narcolepsia, sí que lo puedo asumir con esas situaciones vividas por "El Perla" de forma no deseada y en las que se sentiría mejor en un estado de sueño profundo, esos momento donde hubiera sido mejor estar en un sueño profundo que un presente real empuñando un arma y haciendo uso de ella.

Reseña publicada previamente en "Anika entre Libros"

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