viernes, 24 de agosto de 2012

Mi hijo era de ETA [José Ramón Goñi Tirapu]


“Mi hijo era de ETA” es el relato en primera persona de José Ramón Goñi Tirapu, gobernador civil de Guipúzcoa a finales de los 80, que descubre que su hijo pertenece a la banda terrorista ETA, organización que trato de asesinarle en varias ocasiones. Banda a la que también pertenecieron algunos de sus hermanos.

Un relato brutal, humano y conmovedor que saca las miserias más profundas del ser humano que antepone la defensa de unas ideas políticas a la relación familiar padre-hijo.

Testimonio impresionante a la vez que conmovedor. Es difícil ponerse en la piel de Goñi Tirapu y asumir como propias las vivencias que relata, porque muchas veces pensamos que estas situaciones no van a tener un protagonista como nosotros. Pero ya vemos que cualquiera puede encontrarse en esta situación: Familia estructurada, sin ideales nacionalistas y que, con el paso del tiempo y la influencia del entorno acaba totalmente rota, hecha añicos e imposible de recomponer. Donde aquellos que son sangre de tu sangre te llegan a desear la muerte por defender una causa que, cuando se ha llevado vidas por delante, es indefendible.

Uno que vive la situación del País Vasco desde la lejanía, no puede nada más que sentirse solidario con Goñi Tirapu y con todos aquellos vascos de bien, que seguramente son la inmensa mayoría. El diálogo siempre tiene que ser la solución.

El libro es una carta abierta a su hijo,  miembro de la organización terrorista, desde lo más profundo de su corazón. Es un repaso histórico a la situación del País Vasco y su evolución familiar, donde un entorno radicalizado influye de forma profunda en miembros de su familia (varios de sus hermanos y su hijo pertenecen a ETA), hasta el punto de llegar a la violencia, donde una idea política es más importante que el amor fraternal.

Un relato que tiene unos claros protagonistas principales: la familia de José Ramón Goñi Tirapu, pero que tiene unos actores secundarios cuya lista sería muy extensa, y son todas aquellas familias que han sufrido en sus carnes estas mismas situaciones. Familias alejadas de la violencia terrorista que, sin embargo, tienen manzanas podridas irracionales, cuya defensa de sus ideales políticos sobrepasa cualquier límite de lo racional, donde la vida de las personas carece de valor.

El texto, plagado de misivas parciales a su hijo explicando situaciones y contando anécdotas, nace del visionado de fotografías familiares. Recuerdos que se agolpan en la mente y palabras que se vuelcan en el papel buscando encontrar una paz interior, un vía de comunicación con un hijo y el buscar una respuesta a la una pregunta ¿Por qué en ETA?

Un relato sencillo, pausado, directo, entendible. Alejado de discusiones políticas,  muy cercano al sentido común… y tremendamente cargado de dolor 

Reseña publicada previamente en "Anika entre Libros"

viernes, 17 de agosto de 2012

Los niños de la Encarnación [Daniel Segovia]


La aparición de la Madre Superiora del Monasterio de la Encarnación brutalmente asesinada en un motel de carretera, marca el punto de partida de la historia. 

El inspector Oscar Hermida, con la colaboración del Padre Damián, inician de forma extraoficial la búsqueda de las interrogantes que plantea dicho descubrimiento. Una trama que destapará el oscuro pasado del monasterio, donde las adopciones ilegales han formado parte del mismo y donde personajes muy relevantes tienen una importancia definitiva. 

“Los niños de la Encarnación” merecen una oportunidad de lectura. He acabado la lectura del mismo después de un par de sesiones ininterrumpidas  y de pasar páginas buscando esclarecer detalles, pequeñas pistas que Daniel Segovia va dejando a modo de migas de pan para recorrer el camino inverso en el que suceden los hechos y ponerle cara a cada una de las interrogantes que vamos encontrando.

La trama está bien estructurada: Por momentos crees que sabes lo que está pasando pero realmente conoces matices, porque las pinceladas que va dibujando durante la narración Daniel Segovia te van marcando el camino real. Narrada en varios momentos cronológicos, la historia avanza en el año 2000 sobre el descubrimiento del cuerpo sin vida salvajemente asesinado de la Madre Superiora en un motel de carretera pero avanza volviendo al pasado para ir introduciendo datos, situaciones y momentos vividos que son extraordinariamente importantes para darle sentido a toda la historia. 

Como he comentado, puedes conocer el camino final –parece fácil intuir por donde se desliza la historia- pero el atractivo está en recorrer ese camino de la mano de los personajes que el autor ha ido creado. Personajes con unos matices bien definidos y donde sobresale el inspector Oscar Hermida, que tirando de arquetipo, responde al perfil de policía resabiado, de vida desordenada y amigo del alcohol. Él es el que guía toda la trama con sus pesquisas para la resolución del asesinato inicial que luego lleva una historia de trasfondo mucho más importante. No menos importantes son los personajes de la Madre Superiora (exigente, distante, interesada), la Madre Abadesa (cómplice, servicial, fraternal), el padre Damián (implicado, cumplidor, diligente), el obispo Luis Almor (codicioso, ficticio, poderoso, autoritario) o el comisario Alberto Hernández entre otros.

En “Los niños de la Encarnación” encontramos varias historias paralelas. El punto de partida de la trama lo marca un sorprendente inicio –quién espera encontrar a una monja de clausura asesinada en un motel de carretera dedicado a la prostitución-, pero a su vez tiene un trasfondo con el drama social de los niños robados: Niños dados en adopción de forma ilegal –previo pago de suculentas cantidades económicas- y a cuyas madres biológicas se les informa que el niño ha fallecido en el parto. Niños que desconocen su verdadero pasado. Un auténtico drama social que recientemente hemos podido vivir en los medios de comunicación (y no hace falta más que darse un paseo por los principales medios on-line de nuestro país para encontrar situaciones como la los niños de la Encarnación)

Después de unir todas las piezas de este completo puzle, Daniel Segovia todavía tiene el detalle de crear un final inesperado: un guiño, un detalle que puede dejar la historia abierta a una continuación, aunque en mi opinión la historia que termina en el punto y final de la página 305 tiene la extensión adecuada.

Reseña publicada previamente en "Anika entre Libros"

viernes, 10 de agosto de 2012

Juicio Final. Sangre en el cielo [César García Muñoz]


Un fenómeno inexplicable: Un extraña tormenta de rayos asola la tierra, causando destrucción a su paso y tornando el cielo a un color rojizo, generando una cúpula, una barrera alrededor de todo el planeta.

La humanidad está en peligro y hay que buscar respuestas a la nueva situación. Como siempre, el tiempo apremia y las acciones hay que llevarlas a cabo de manera urgente.

“Juicio final. Sangre en el cielo” es otro de esos libros que han recorrido el camino inverso: Tras su éxito en el mundo online, han sido adaptados al papel siguiendo una evolución diferente al sistema tradicional. La editorial “B de Bolsillo” bajo la colección “Top Digital” ofrece una edición diferente de bolsillo que incluye, por ejemplo, una solapa imantada. En definitiva, pequeños detalles para una colección que parte de un punto de inicio diferente.

De la historia podemos decir que sigue un cierto patrón de superproducción de Hollywood, lo cual no significa que tenga una connotación negativa, sino que con ello quiero dejar claro el segmento donde categorizar esta novela: Acontecimientos extraños y catastróficos que ponen en peligro la humanidad y nuestros héroes particulares tratarán de salvarnos de todos nuestros males. Bien es cierto que muchos de los personajes principales responden a patrones ya conocidos: militares cuya única solución pasa por el ser el uso de la fuerza de ataque, científicos que tratan de buscar respuestas lógicas a los acontecimientos,…  Nada que no hayamos visto previamente y donde lo importante es la situación que se nos plantea.

El ritmo de la novela es alto, es de las que admite lectura en una sola sesión: Empiezas el libro y lo acabas sin pausas, lo cual suele ser buena señal. No hay complicaciones, ni giros que te hagan parar, reflexionar, desconectar y retomar la lectura. Pura adrenalina lectora. 

La historia comienza cuando una brutal tormenta eléctrica hace su aparición cubriendo todo el cielo de rojo, creando una cúpula. Una cúpula que investigadores, políticos y militares tratarán de buscar explicación y acabar con ella. Un fenómeno manifestado a pequeña escala en años anteriores –con resultados tan negativos como desconcertantes- y que ha permanecido archivado en un cajón hasta que se manifiesta a nivel mundial y hay que tomar cartas en el asunto.

La narración, como no podría ser de otra forma, está centrada en EEUU, que es donde suelen ocurrir estas cosas, pero nos ofrece diversos planos y localizaciones, además un catálogo de personajes variados ya que no solo tenemos a los buenos “buenísimos” tratando de restaurar el statu quo previo, sino que tenemos a personas de a pie, normales y corrientes, que sufren la nueva situación viviendo sus momentos particulares.

Si eres aficionado a este tipo de lecturas “Juicio final. Sangre en el cielo” no te defraudará.

Reseña publicada previamente en "Anika entre Libros"

viernes, 3 de agosto de 2012

La vida en siete minutos [Pep Bras]


Esta novela podría comenzar la noche del 24 de abril de 1991 cuando una pareja se ofrece voluntaria en un espectáculo de magia y son hipnotizados durante siete minutos que quedan para siempre borrados de sus vidas. O mucho antes, con un niño que juega a entrevistar personajes; o mucho después, con él ya adulto escribiendo guiones para un programa de televisión que odia. O con un terrible accidente de coche y con alguien que descubre que puede cambiar el pasado. O con un asesinato. 

La vida en siete minutos es la historia de la recuperación de un hombre que ha caído en desgracia en clave tragicómica. El mantra de todo guionista, «No le harás la vida fácil al protagonista», cae sobre él como una maldición, una sentencia marcada por dos factores incontrolables: la fuerza del azar y la sospecha de que su vida depende de la reconstrucción de siete minutos mágicos. 

“La vida en siete minutos” es la historia de Toni, un guionista, un creador de historias y de situaciones cuyos acontecimientos le superan uno tras otro, sin dar tregua a una vida aparentemente normal.

Un golpe de éxito le confiere cierto crédito pero supone un punto de inflexión, un punto y aparte en su trayectoria: El punto de inicio de su decadencia, de un declive pronunciado y casi telegrafiado. De nuevas situaciones, unas cargadas de humor y otras de compasión, de aquello que ves que todo le va a pasar a nuestro protagonista. Un personaje al que Pep Bras le confiere una cercanía entrañable y por el que uno siente cierta comprensión y simpatía conforme avanza la lectura. 

La historia combina narraciones en varias dimensiones, sin seguir una cronología temporal secuencial. Una trama entrelazada y plagada de saltos donde todo, al final, tiene un sentido.

Por un lado, los recuerdos del pasado, donde el azar en primera instancia y la hipnosis posterior suponen el punto de partida de la historia con el conocimiento de su futura mujer, que será parte protagonista importante. Siete minutos que desaparecen de su mente durante el proceso de hipnosis al que ambos son sometidos –de forma voluntaria como integrantes del publico de la actuación del mago Hundersand- y que suponen la excusa perfecta para comenzar la relación con la que será su futura mujer. 

Por otro lado, su situación actual de guionista venido a menos, donde las ideas al servicio de la audiencia –que es la que manda- dejan de brotar y una inocente confusión (a más de uno le quedará clara la diferencia entre Robbie y Robin Williams) desencadena en un nuevo estado. Una caída del pedestal y un golpe de realidad brutal.

Y, por último, una historia, un guion de televisión, que Toni va preparando –y que vamos leyendo de forma paralela a la historia- y que es parte importante en el desarrollo de la novela. 

En definitiva, un cóctel variado y salpicado de dosis de humor y situaciones tragicómicas que nos confieren una lectura muy entretenida.

Reseña publicada previamente en "Anika entre Libros"