viernes, 12 de octubre de 2012

Defender a Jacob [William Landay]


Cuando descubren el cadáver de Ben Rifkin, de tan sólo catorce años, en medio del bosque con tres puñaladas en el pecho, la paradisíaca comunidad de Newton pierde la inocencia de golpe. El ayudante del fiscal del distrito, Andy Barber, se hace cargo de un caso que se convierte en prioritario. 

Sin embargo, cuando su hijo Jacob, compañero de clase de Ben, es acusado del crimen, Andy no sólo perderá su trabajo, sino que verá cómo el mundo que tanto esfuerzo le ha costado construir empieza a tambalearse. Apremiado por una creciente ansiedad y convencido de que su hijo ha sido injustamente acusado, buceará en Facebook, interrogará a los compañeros de clase del chico, se enfrentará a su esposa Laurie y al infierno de sus orígenes y hará lo imposible para hallar un culpable que permita devolverle la inocencia a Jacob y la paz a su vida.

En “Defender a Jacob” el autor se centra principalmente en analizar las vivencias y sentimientos de una familia acomodada cuando en su vida se desata una catástrofe de dimensiones insospechadas.

Jacob, el hijo del primer ayudante del Fiscal del distrito, es imputado de asesinato en primer grado. Un hecho que trastoca todos y cada uno de los aparentemente sólidos pilares de la familia Barber. Un matrimonio de más de treinta cinco años se distancia ante la imposibilidad de afrontar de manera unitaria la imputación de su hijo, a la vez que sale a la luz un secreto de familia que crea entre ambos recelos y desconfianzas hasta la fecha inexistentes.

La duda de si su hijo es realmente el asesino o no de su compañero de clase surge a la vez que se desarrolla la historia, duda que se trasmite al propio lector creando de este modo una clara expectación a fin de averiguar quién es el asesino.

William Landay, abogado de profesión, no pierde la oportunidad de a través de esta novela de hacer una clara crítica al sistema judicial americano, de cómo se puede de una manera sorprendentemente fácil destrozar literalmente la vida de una familia, haciendo participe al lector de la trágica situación que le toca vivir al protagonista de la novela, que siendo fiscal del distrito tiene ahora que sufrir en sus propias carnes, -y por parte del equipo del fiscales que el mismo dirigía-, todo un proceso judicial,  siendo de este modo plenamente consciente de lo duro que es afrontar una imputación de asesinato, cuando este hecho se ve desde el otro lado del banquillo.

Lectura recomendable, muy bien escrita, de fácil comprensión -ya que se sortean los aspectos legales y tecnicismos profundos que pueden despistar al lector- y con un giro inesperado al final de la historia, ¿Jacob es realmente el asesino?

Reseña publicada previamente en "Anika entre libros"

viernes, 5 de octubre de 2012

Una tumba acogedora [Michael Koryta]


El abogado Alex Jefferson aparece asesinado y el detective privado Lincoln Perry es sospechoso de dicho homicidio ¿Los motivos? La relación que en el pasado tuvieron la ex–mujer de Jefferson (Karen) y Perry, una relación cuyo final no aceptó de muy buen grado este último y cuyo punto final fue una paliza propinada por Perry sobre Jefferson y el deseo de verle muerto.. Pero aquello es agua pasada y sólo es daño colateral que hace que la atención policial se centre sobre Perry.

Además, la cosa se complica cuando Karen le pide a Perry que busque al hijo de Jefferson, desaparecido y heredero de una gran fortuna, un encargo que parece sencillo y que Perry acepta porque le va a suponer un dinero fácil por un trabajo aparentemente muy sencillo… pero el hijo de Jefferson aparece muerto y Perry es el único testigo… prendiendo la mecha de una trama que avanza irremisiblemente hacía Lincoln Perry, donde las pruebas y relaciones del pasado solo hacen que complicar la situación, iniciando una carrera contrarreloj en busca de resolver una situación que se ha tornado muy complicada y que puede acabar con Lincoln Perry una buena temporada a la sombra por un delito que dice no haber cometido.

Tengo la sensación de haber descubierto tarde a Michael Koryta, porque me acabo de enganchar a su lectura. Creo que tendré que volver la vista  atrás y comenzar por las primeras andanzas de Lincoln Perry, investigador privado, ya que esta es la tercera novela protagonizada por nuestro detective.

Como no podría ser de otra forma, Perry se ve envuelto en la investigación de un asesinato: Aparece muerto el abogado Alex Jefferson, actual marido de su antigua prometida (Karen) y con el que tuvo sus más y sus menos (a modo de paliza y unas frases de las que siempre te puedes arrepentir)… lo que ahora hace que la policía ponga el foco de atención sobre Perry:  Es un sospechoso perfecto para cerrar el caso por la vía rápida.

Pero toda esta historia se puede complicar un poco más con una vuelta de tuerca adicional, ya que todo se complica cuando Karen, le pide que encuentre al hijo de Jefferson, caso que Lincoln Perry acepta porque parece sencillo (y que le puede aportar un dinero fácil) pero que se complica cuando este aparece muerto…  justo cuando Perry acaba de dar con él, siendo este último el único testigo de dicho suceso.

La investigación se complica sobremanera: Muchos indicios apuntan a Perry como artífice de ambas muertes –teniendo como base la antigua relación de este con Karen y lo mal que llevó su ruptura-. Lazos cruzados que acabarán por liar la madeja dejando a Lincoln Perry como claro candidato a pasar una temporada a la sombra. El tiempo apremia y la situación tan poco deseable para Perry requiere de usar todos los medios a su alcance… incluso sin importar las consecuencias.  Para ello, aplica aquello de que el fin justifica los medios, explorando más allá de los límites buscando la resolución de un crimen.

Excelente conjunto de personajes los que traza Michael Koryta, donde consigue descubrirnos el más auténtico sabor de la novela negra americana. Su antigua prometida, Karen, inicio de la mecha que prende toda la investigación, que evoluciona desde la cercanía con Lincoln Perry hacía la distancia en el trascurso de la novela; el teniente Roger Brewer (de Indiana), reflejo del poder local, oscuro, dónde todo a su alrededor tiene que estar bajo su control; el detective Targent  investigador principal y cuyo aporte de pruebas hacen que el cerco de la investigación se vaya cerrando sobre Perry o Joe, su fiel compañero que aporta la dosis de pragmatismo y reflexión sobre el impulsivo y genial Perry.

Definitivamente,  creo que marcaré a Koryta como uno de esos autores –para mi desconocido hasta hoy- a los que hay que seguir.