Afrontaba la lectura de "La
edad de la ira" en base a recomendaciones, y más concretamente
recomendaciones sociales (vía twitter, facebook comentarios en algún blog, ...)
y hay que reconocer que cuando comienzas una lectura con este punto de partida,
para mí el libro tiene que tener un plus que lo ha hecho merecedor de esas
recomendaciones para que supere la prueba.
Pues bien, quiero empezar esta
reseña por el final, por mi veredicto sobre el libro: Muy bueno. Lectura
recomendable.
La historia nos sitúa a Marcos,
adolescente, 16 años, como protagonista de un violento episodio: Acaba de matar
de su padre de forma muy violenta y dejar malherido a uno de su hermano.
Nadie se explica que ha podido
pasar -la personalidad de Marcos no encaja con ese perfil de violencia gratuita-.
Nadie puede anticiparlo.
Fruto de esas piezas que no
encajan y de esa exposición de la noticia en la actualidad nacional, Santiago -escritor-
decide reconstruir los últimos días de la vida de Marcos para tratar de
entender que ha podido pasar. Para ello, cuenta con la colaboración de cinco
profesores que le entregan sus relatos sobre su relación con Marcos y su
entorno. Asimismo, las amistades de Marcos también forman parte de las
pesquisas de Santiago en su búsqueda por conocer la verdad. La verdad puede ser
difícil de obtener, pero no imposible.
La novela está perfectamente
estructurada y personalmente me han gustado especialmente dos aspectos de la
misma:
Por un lado la forma en que está
escrita: Tremendamente entretenida con unos diálogos bastante cercanos y unos
saltos narrativos con la incursión de los relatos e emails que Santiago va
intercambiando con los distintos actores de esta novela (profesores, amigos de
Marcos...) que no la hacen lineal ni plana.
Por otro lado, la trama que el
autor nos va desmenuzando poco a poco. Pequeños aportes con grandes detalles
que se van salpicando durante toda la novela para hacer una composición de la
situación personal y social de Marcos y su entorno.
"La edad de la ira" es
un repaso social que nos invita a reflexionar y que aborda temas tan
interesantes como:
- La presencia de profesores sin actitud vocacional
(como Gema) cuando, en mi modesta opinión, uno debe ser docente de vocación, no
de profesión. Me apena pensar que haya profesores que únicamente piensen en su
horario y no en formar, pero quiero pensar que estos son una minoría. Además, a
favor de los docente, la condiciones que actualmente están sufriendo quizás no
sean las mejores para estar perfectamente motivados en su trabajo. Como todo en
esta vida, no tiene porque ser blanco o negro, también hay grises.
- El uso de internet (y más concretamente las redes sociales) en
nuestros jóvenes y como un uso indebido de las misma puede conducir a
situaciones no deseadas.
- La integración social, que en edades tempranas
puede resultar sencilla pero para los más mayores suele ser peliaguda cuando
trasladan las actitudes racistas que ven en sus progenitores.
- La condición sexual de cada individuo, que a día
de hoy sigue siendo tema tabú y no aceptado si nos salimos del paradigma
tradicional.
- Las relaciones familiares, a veces complicadas y
muchas veces mal resultas (con episodios de violencia gratuita)
En fin, un gran libro que si eres
adolescente te ayudará a reflexionar sobre el entorno; si eres padre te
descubrirá una visión del ambiente donde se pueden mover tu hijos; si eres
docente te hará pensar sobre el sistema -si no los has hecho ya- y si no
cumples ninguno de los perfiles anteriores, te quedará ese poso de crítica
social y te invitará a reflexionar sobre ella.