Que las nuevas tecnologías nos aportan muchas ventajas es algo evidente. Para un momento y visualiza tu día a día: Verás que estás rodeados de "cacharrería tecnológica" sin la cual no podrías desarrollar tu trabajo, aficiones, etc ...
Por un lado es una enorme ventaja, porque las nuevas tecnologías suelen conllevar rapidez de procesamiento, flexibilidad laboral (como el trabajo a distancia que podemos hacer desde casa con una simple conexión a internet, mejora de la productividad y de las comunicaciones, acceso a información anteriormente imposible de conseguir, ... pero esto tiene una contrapartida.
La contrapartida viene derivada del continuo desgaste psicológico que hay que pagar por estar al día, por estar permanentemente conectados, por no tener la capacidad de desconectar y llevar el trabajo a casa.
¿Quién de vosotros -queridos lectores- no ha consultado el correo electrónico desde casa una vez que ha salido de la oficina? ¿Cuántos de los que lleváis smartphones echáis un vistazo a las "últimas novedades" de vuestros perfiles sociales, emails, ... con más frecuencia de lo que sería recomendable?
En una sociedad como la actual, donde avanzamos continuamente hace servicios cada vez más dependientes de las "máquinas", nos encontramos tanto con personas que rechazan las nuevas tecnologías (tecnófobos) -aunque ese rechazo viene motivado por las situaciones contrarias que le generan al usuario el empleo de la tecnología- como con personas tecnoadictivas, por ejemplo, grupo representado por aquellas personas permanentemente enganchadas a un smartphone ... y a los que invito a reflexionar como puede afectar ese "estar siempre conectado" en la conciliación de la vida personal. Reflexión que merece mucho la pena realizarse y que cada uno saque sus propias conclusiones (y donde menciono smartphone se puede sustituir por cualquier aparato tecnológico... que el sentido es prácticamente el mismo).
Es evidente que necesitamos del uso del ordenador para el desarrollo de nuestro día a día laboral, porque sin esta herramienta, el trabajo en muchas ocasiones sería imposible de realizar, pero tenemos que establecer límites y aplicar grandes dosis de sentido común y establecer desconexiones: Nosotros no somos máquinas que podamos estar 24h/7d permanente conectados y nuestro cuerpo, nuestra mente, necesita descanso y liberación. Debemos ser capaces de gestionar nuestro tiempo de forma correcta y no sucumbir a una de las ventajas que nos aporta la red -el estar siempre conectados-...
José María Martínez Selva repasa a lo largo de 9 capítulos temas tan interesantes como la sobrecarga de información, el uso (y abuso) del correo electrónico, las redes sociales y las tecnoadicciones.
"Tecnoestrés" es de esos libros que te dejan poso de reflexión... y eso, a mi modo de ver, es bueno: Libros cargados de situaciones y experiencias para aplicárselo a uno mismo.
La lectura de este libro me ha recordado a un video que vi en YouTube hace algunas semanas y que creo que enlaza perfectamente con alguno de los apartados que comenta Martínez Selva en su libro.
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