miércoles, 16 de noviembre de 2011

El verano de los juguetes muertos [Toni Hill]

Grata sorpresa. Ese es el resultado de la lectura de este título. Entretenido, ingenioso, fresco, con diálogos atractivos...

Una extraordinaria novela negra muy actual que engancha y entretiene. Una cantidad de hilos que va desarrollando el autor que hacer que estés en permanente atención para tratar de no obviar ningún detalle. 

Cuando parece que la trama te va llevando hacia unos razonamientos lógicos e intuyes cual puede ser el destino de cada personaje, nuevos giros van consiguiendo que sigas enganchado a la novela y necesites seguir leyendo.

Las historia está llena de matices: 2 personajes principales representados por los policías Hector Salgado y Leire Castro con perfiles opuestos. Él más tradicional, de la "antigua escuela"; ella inteligencia, con otros métodos alejados del policía tradicional, talentosa, con carácter...

En cuanto a los personajes, lo mismo: Personajes de la alta esfera social de Barcelona, de barrios pudientes, junto con otros de una esfera social opuesta, barrios obreros y lejos de la ampulosidad de los primeros.

Finalmente, con gran maestría, Toni Hill nos deja un hilo abierto, una situación no resuelta y que puede ser objeto de una segunda parte que, por otro lado, estoy deseando desde ya que sea realidad.

En definitiva, un gran debut de Toni Hill con una novela que devora en apenas unas horas. En este caso, el sello de "Best Seller" está más que bien merecido. 

Sinopsis:

El inspector hispanoargentino Héctor Salgado ha cumplido los cuarenta, su esposa lo ha dejado por una mujer, tiene una relación difícil con su hijo y no termina de cuajar en el cuerpo de policía autonómico. 

Quizá su único refugio sea el cine, su gran pasión. Actualmente investiga la muerte de un adolescente. 

Lo que en principio era un caso sencillo se complica a medida que Salgado va conociendo a la familia del chico, empresarios respetados que quieren entrar en política. No es agradable hurgar en los secretos de los poderosos, a lo que hay que sumar los coletazos de su caso anterior, un asusnto de trata de blancas. La unidad de Salgado desmanteló una red recientemente y el cabecilla, un fanático del vudú, tiene sed de venganza.

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