viernes, 28 de diciembre de 2012

Safari [Alfonso Ussía]


Última reseña del año y no hay nada mejor que terminar con una sonrisa en la boca. Con la que está cayendo siempre viene bien desconectar un poco, evadirte de los problemas del día a día y dedicarle un rato a la lectura… y si es de humor, mucho mejor.

Eso sí, solo para incondicionales de la serie del célebre Marqués de Sotoancho. Y digo solo para incondicionales porque Alfonso Ussía vuelve a dar otra vuelta de tuerca a la particular vida del marqués con un nuevo episodio. Si estás siguiendo la serie, aquí tienes otra nueva aventura de este particular sexagenario niño mimado que vive una realidad paralela. Si no lo conoces, te recomiendo empieces por el principio, que aunque puedes leer cualquiera de ellos sin haber leído los anteriores  -es como esa típica serie que da igual el capítulo en el que te enganches que el hilo argumental se mantiene inalterable y no pierdes apenas detalle-, los primeros libros, en mi modesta opinión, tenían más nivel.

En este caso, es la muerte inesperada de la bella Marsa, que ha desquiciado al pobre marqués de Sotoancho. Aunque es verdad que hacía un año que no se veían, era su mujer y, como dice él mismo, «he sentido por ella más que por ninguna otra». No logra quitársela de la cabeza mientras hace los trámites para que traigan sus restos desde Colombia. Ni siquiera la idea de ver a su amante, Manuela—supuesta princesa austríaca—, le mejora el humor. Está claro que el marqués necesita un cambio de aires. ¿Y qué hay mejor que un safari en África? Ahí no cabe duda de que los aires son, cuando menos, diferentes. Ni corto ni perezoso y con la ayuda de todo el personal de su finca, La Jaralera, Sotoancho se prepara para lo que será el viaje de su vida. Después de pisar tierras africanas, conocer a sus gentes de piel color ébano y matar a unos cuantos animalillos, nada en su vida volverá a ser igual.

El lenguaje mordaz, irónico, sarcástico de Ussía está presente, como no podía ser de otra forma, a lo largo de toda la narrativa. 

Breve reseña pero es que el libro no da para más: Un rato de entretenimiento.

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