viernes, 21 de septiembre de 2012

La llave del destino [Glenn Cooper]


Con el secreto de la eterna juventud de fondo y como motor sobre el que va girando la historia, aparece un libros misterioso, diferente, ilustrado, en una pared de la abadía de Ruac. Dicho descubrimiento se lleva cabo durante las labores de extinción de un incendio.
Cuando se revisa el libro para su labor de restauración por parte de la empresa encargada por el abad Menaud se descubre que el libro ofrece un pequeño mapa que habla de una cueva prehistórica, cercana a la abadía y con pinturas de extraordinario valor… además se habla de una fórmula milagrosa. Una fórmula que unos se esmeran por mantener en secreto y otros, gracias a los avances de la ciencia, van descubriendo propiedades que no esperan y que van completando el puzzle.

Glenn Cooper han encontrado su nicho. “La llave del destino” es la tercera obra publicada de este autor que parece haber encontrado un línea amena, entretenida y que engancha, un thriller histórico que comienza poco a poco, donde parece que sabes lo que está pasando pero desconoces el cómo, que es todavía más importante.

Además, y fiel a su estilo en “La biblioteca de los muertos” y “El libro de las almas”, la narración está plagada de descripciones bien realizadas –tanto que por momentos te sumerges en las salas de la cueva de Ruac- y los personajes están bien conseguidos, profundos, con perfiles definidos y complementarios.

Todo comienza con un incendio en la abadía de Ruac. En la labores de extinción del mismo se encuentra un sorprendente libro encastrado en la pared. Un libro perfectamente ilustrado, con un mensaje codificado. En el momento del inicio de la restauración de las obras afectadas por el incendio, se descubre que este libro contiene un gran secreto, una gran historia. Una historia que comienza así:

Ruac, Francia, año 1307
Yo, Bartolomé, fraile de la abadía de Ruac, tengo doscientos veinte años y esta es mi historia.

Este es el punto de inicio de una trepidante historia. Hugo Pineau (restaurador) con la ayuda de Luc Simard (arqueólogo) comienza el estudio del libro (escrito en latín y de forma codificada) lo que les lleva a descubrir una fascinante cueva, que pasa por ser el mayor descubrimiento arqueológico de Francia pero que a no todo el mundo satisface por igual. Mientras el gobierno no pone reparos en dotar fondos para la investigación –lo que les puede reportar gran éxito mediático-, los lugareños no ven con tanta emoción que Ruac se convierta en un foco de atención mediática y  turística.

Dificultades, desapariciones, trampas, muertes… todo ello adereza un complicado proceso de excavación arqueológica que va más allá de lo que a simple vista ofrece la cueva. Un secreto, un gran secreto: La eterna juventud está en juego.

Glenn Cooper sigue exprimiendo sus factores para con el éxito: el thriller con tintes históricos más variables relacionadas con nuestra vida (en este caso la eterna juventud, en el caso de “La biblioteca de los muertos” el conocer la fecha de tu muerte).

Una narración que hace que las casi 400 páginas se queden cortas, donde los tres planos temporales (la investigación actual, la escritura del libro durante el siglo XIV  -con vivencias del siglo XII- y las pinturas de las cuevas hace 30.000 años) van convergiendo hacia un punto de unión que marca un final “in crescendo”

Reseña publicada previamente en "Anika entre Libros"

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