Me siento hasta cansado y es que Félix Teira nos sube
en un ritmo narrativo del que es difícil bajarse. Cada palabra es un fotograma
en tu imaginación. Cada frase es una acción. Me gusta.
Bien es cierto que me costó coger ese ritmo (y lo
confieso, tuve mis dudas), pero una vez alcanzado el punto de inflexión en el que
los acontecimientos van sucediéndose sin remisión, ya no puedes parar de leer...
y eso siempre es una buena señal para un libro.
Porque la historia puede ser buena pero estar mal
contada. O puede que no sea el momento de esa lectura. Pero no era el caso, ni de lo uno ni de lo otro.
¿Y la historia? Pues un espejo para muchos. Jóvenes,
treinta y tantos, formados académicamente (una o varias carreras y algún máster
que otro se da por descontado), con fortuna laboral por un entorno favorable pero inmaduros en el noble arte del sacrificio.
Y es que la vida puede cambiar de un día para otro: Lo
que hoy consideramos seguro y para toda la vida, mañana puede quedar en nada...
Y hay que saber sufrir. Y saber sacrificarse. Y sobre todo, saber adaptarse a
las circunstancias.
Y esto es lo que le pasa a nuestra protagonista (Marga)
cuando su marido, un brillante ingeniero pasa a engordar una lista de la que
lamentablemente somos los reyes en nuestro país: El paro. ¿Qué os decía del
espejo? ¿Quién no tiene un ejemplo cercano en su entorno?
¿Cuál es la respuesta a esta nueva situación de nuestra
protagonista? La falta de adaptación a sus nuevas circunstancias, a su nuevo
status, le hace introducirse en un mundo en el que nunca debió entrar, que
provocará grandes cambios en su vida, en su familia y su entorno más cercano.
Mentiras, infidelidades, chantajes, codicia, excesos y alcohol
serán algunos de los peajes por los que pasar.
Y me gustaría contaros más, pero no debo. 419 páginas
tienen la respuesta.
Narrativa Española
Páginas: 419
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