Primera presentación, primer
libro, primeras firmas... En definitiva, la primera vez... y esa primera vez
fue placentera tal y como me comentó Clara mientras firmaba mi ejemplar.
Cuando uno pasea por una librería
-de las de toda la vida- sin ninguna búsqueda concreta y siendo esta punto de
reunión con el mundo literario y se encuentra con una presentación -recordemos,
la primera- de un autor local pues lo menos que puede hacer es darle una
oportunidad (a la novela y, por supuesto al autor).
Estoy escribiendo esta reseña
después de haber terminado hacer escasos 10 minutos (tras una lectura del tirón...lo
cual suele ser un buen síntoma de la novela).
Quizás debería darle más tiempo
para una reflexión más profunda pero me apetece escribir lo que me ha
transmitido la historia que Clara Asunción García nos transmite a través de
Cate Maynes, una detective un tanto especial que responde al perfil de llevar
una vida una tanto desordenada, amiga del alcohol, lesbiana -volveremos a este
detalle-, promiscua y poseedora de un humor negro que le confieren un carácter
diferente por el que solo se puede sentir simpatía.
Mencionaba la condición sexual de
nuestra protagonista porque alrededor a ella gira nuestro personaje y la
novela... y más concretamente, en torno a la hipocresía de las personas con respecto
a la condición sexual de las mismas. Como el refranero español es muy sabio,
aquí vendría aquello de ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio.
Es un tema para reflexionar y Clara nos está haciendo una invitación a ello...
La historia transcurre en Océano,
donde Cate Maynes ha establecido su punto de partida de su nueva vida. Allí
recibe la proposición de un aparente sencillo trabajo: Elora Brust (matriarca
de una de las familias más adineradas del país) es víctima de un chantaje sobre
su hija. Situación en la que debe de intervenir Cate con el mayor de los
sigilos y brevedad... pero las historias de detectives nunca son fáciles, y lo
que parece un caso sencillo se va complicando por momento. Y nada es lo que
parece.
La disposición geográfica de la
novela (Océano, Illica, ...) no me ha acabado de convencer, hubiera preferido
lugares reales y concretos donde uno puede encajar las acción, pero es un
detalle menor (y además, es solo mi humilde punto de vista) que no impedirá que
esté pendiente de la próxima aparición de ese personajes que es Cate Maynes.
Cate te estoy esperando...
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